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Todo lo que debemos saber de la disfonía espasmódica
En estos días previos a la Navidad estamos mucho más pendientes de todo lo que nos rodea para llegar al día de Nochebuena sin ninguna sorpresa, y la voz no puede ser menos. Como todos sabemos, los grandes esfuerzos con la voz nos pueden pasar factura. Hoy os venimos a hablar de la disfonía espasmódica, una enfermedad rara que sufren entre 15.000 y 20.000 personas en nuestro país.
La disfonía espasmódica es un trastorno en el que los músculos de las cuerdas vocales producen contracciones involuntarias (espasmos) que hacen que la voz empiece a ser quebrada, entrecortada o incluso ronca. Es poco frecuente, pero puede afectar en la forma de comunicarse de las personas. Es una enfermedad que comienza de forma leve y esporádica pero que puede empeorar con el paso del tiempo. Como dato curioso, cabe decir que mejora si la persona ríe o llora.
Las causas no se conocen a ciencia cierta, se pueden relacionar con infecciones en las vías respiratorias superiores, períodos de uso excesivo de la voz o estrés… ¡así que cuidado este año con los villancicos!
El diagnóstico es complicado de proporcionar. El otorrinolaringólogo u otros especialistas de la voz son los que evalúan el estado de la laringe y localizan posibles variaciones al hablar. También es conveniente que intervengan otras figuras médicas como el neurólogo.
En lo relativo a los tratamientos, todavía no hay uno curativo. Las terapias que se realizan tienen el objetivo de mejorar la producción de la voz y el habla. Una opción que está teniendo resultados es la inyección de toxina botulínica en las cuerdas vocales. Este tratamiento reduce el número e intensidad de los espasmos, por lo que la calidad de vida de la persona mejora.
En Lourido y Prado queremos que estas fiestas no tengas ninguna sorpresa, así que visítanos si lo necesitas.