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Beneficios emocionales del silencio: la autoescucha

Al principio de esta semana os hablábamos en los posts de nuestras redes sociales de los beneficios para la salud en los oídos que tiene el silencio. El confinamiento por el Covid-19 ha provocado una situación que no habíamos vivido hasta ahora de la que también podemos hacer lecturas positivas como la que os traemos hoy a nuestro blog: La autoescucha y su importancia para el equilibrio emocional.

Sí, el silencio también tiene ventajas emocionales. En esta entrada profundizaremos en una de ellas: la autoescucha.

La autoescucha nos invita a tomar consciencia de nuestros propios pensamientos, pero desde el silencio. Si escuchar a los demás es importante, lo más importante para desarrollar esta habilidad es saber escucharse a uno mismo. Vale, es cierto, al ser humano le cuesta guardar silencio. Tanto para escuchar a otras personas como para escucharse a si mismo. No estamos preparados para estar callados dado que nuestra velocidad de procesamiento verbal a traves del canal oido-cerebro es muy inferior a la velocidad de emision verbal. Es decir: hablamos mas que escuchamos y esto viene de serie, dada nuestra naturaleza de carácter social.

Este método de autoconocimiento nos ayuda a descubrir qué es lo verdaderamente importante: nosotros mismos. Tomar conciencia nos conduce a sacar conclusiones más profundas. Si averiguamos lo que estamos sintiendo y reflexionamos acerca del significado de esas emociones, podremos ajustarnos a aquello que queremos hacer y dirigirnos a lo que realmente queremos alcanzar. Para ello es necesario silenciarse. La dificultad para lograrlo es mantener esa calma y frenar. Algo a lo que estamos obligados estos días en todas las dimensiones personales. El mundo se ha parado. Nos detenemos, escuchamos y nos damos cuenta de lo que es verdaderamente importante, como la salud.

Beneficios de la autoescucha:

Explorar el interior de cada uno: Implica el beneficio de tomar conciencia de qué es lo que queremos en nuestra vida.

Ser capaz de poder identificar los propios estados de ánimo y sentimientos en un momento dado: Cuando paramos, pensamos y nos escuchamos tomamos conciencia de como nos sentimos. Si somos conscientes de las emociones y estados anímicos que tenemos, estamos más enfocados a las acciones que esas mismas emociones nos invitan. La emoción siempre nos provoca generar un movimiento y necesitamos saber decodificar esas señales.

Invita a la reflexión filosófica: Cuestionarse el motivo de algunas cosas nos induce no solo a tomar conciencia de nuestro interior, de nuestras emociones, sino que además nos cuestionamos el por qué de las cosas. El origen de nuestras inquietudes.

Mantener una actitud abierta y poder concentrarse en lo importante: Cuando nos escuchamos y dejamos que ese silencio permita que nuestros pensamientos fluyan también hacemos un filtrado. Separamos aquellos pensamientos relevantes de los insignificantes. Ello contribuye a tomar mejores decisiones, lo que influye directamente en la corteza cerebral concretamente en el lobulo prefrontal y reduciremos los niveles de adrenalina, noradrenalina y cortisol para dar paso a las endorfinas, oxitocina y serotonina.

Vivimos en un estado muy acelerado en el que escuchamos muy poco nuestra voz interior y además nos sentimos incómodos ante los silencios interpersonales. Por otro lado el silencio en soledad refuerza la sensación de sufrimiento y falta de amor. Para evitarlo encendemos la radio o la televisión. En ese momento perdemos una fantástica oportunidad. Cuando llegamos a casa y nos sentimos solos tenemos un maravilloso momento para dejar fluir esos pensamientos sin atender a esas bombas de humo que nos autoimponemos mecánicamente. Lo que hacemos es callar nuestra voz interior. Estaremos perdiendo entonces una mentoría del mejor aliado que somos nosotros mismos. La autoescucha es algo tan sencillo como dejar que el silencio haga su trabajo y permitir esos pensamientos.

Gracias a ello podemos llegar a ser expertos en ayudar a otros. Si yo soy capaz de escucharme a mi mismo, también soy capaz de escuchar a mis allegados. El silencio te da una herramienta muy valiosa para trabajar con los demás. Con el silencio contribuimos al desarrollo personal y también al desarrollo social. Caeremos y nos caeremos mejor.

Por ello, y para concluir, debemos darnos cuenta de que el confinamiento nos invita a la autoescucha. Si somos capaces de aprender de ello y aplicarlo en el día a día, contribuiremos a un mejor bienestar.