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¿Resfriado o Rinitis Alérgica?

Cambios de temperatura bruscos, el efecto del aire acondicionado, periodos de tiempo más prolongados en la calle…el estilo de vida en verano es muy propicio para que nuestro acabe acusando ciertas actividades y padezca rinitis alérgicas o resfriados.  En el Día Mundial de la Alergia distinguiremos ambos y veremos cómo tratar la rinitis alérgica.

Para diferenciar ambas dolencias empezaremos por distinguir ambas sintomatologías: mientras el resfriado es un proceso infeccioso como consecuencia de un virus, la rinitis alérgica es un cuadro con síntomas nasales de hipersensibilidad, similares al catarro, pero mediados por el sistema inmunitario.

La frecuencia y la duración de los síntomas son otros de lso factores diferenciadores. Son comunes los siguientes: estornudos, mucosidad transparente, picor de nariz o taponamiento nasal. Pero en el catarro no duran más de 15 días y puede haber entre dos y cuatro procesos a lo largo de todo el año. En el caso de los catarros estos síntomas pueden ser acompañados de fiebre o dolor de cabeza. En la rinitis alérgica la sintomatología es más persistente y prolongada en el tiempo y puede estar presente durante todo el año. Es característica la obstrucción nasal bilateral. Si somos capaces de recordar haber sufrido estos síntomas, con un fuerte picor de nariz, ojos, oídos o paladar, en años anteriores, muy probablemente nos estemos enfrentando a una alergia.

Además de los síntomas comunes a los catarros, otros característicos de la rinitis alérgica son las alteraciones en el estado de ánimo y la astenia o afectación de las relaciones sociales, laborales o escolares.

La rinitis alérgica es un problema de salud mundial cuya prevalencia oscila entre el 10 y el 25% y su incidencia máxima se sitúa en adolescentes y adultos jóvenes. Su aparición puede depender de múltiples factores como la genética o la exposición ambiental. Factores como la contaminación han hecho que esta dolencia sea más prevalente en las zonas urbanas que en las rurales.

Como medidas de higiene se recomienda una óptima higiene de las cavidades nasales, un sonado suave para no producir daño en los oídos, y lavados con solución fisiológica. Cuando los síntomas son graves, se recomienda acudir al otorrinolaringólogo para que determine cuál es el tratamiento farmacológico idóneo que deberá seguir el paciente. Puede ser a base de corticoides, antihistamínicos, anticolinérgicos o inhibidores de la degranulación. También podrían seguirse, cuando el especialista lo indique, curas termales o tratamientos de desensibilización al alérgeno.