Llega el verano, suben las temperaturas, nos achicharramos y todos tiramos del recurso más socorrido para mitigar el calor sofocante: el aire acondicionado. Pues mucho cuidado porque, según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y cuello, su uso puede incrementar los problemas de garganta en esta época del año. Entramos y salimos constantemente de recintos cerrados en los que la intensidad del aire frío, en contraste con el bochorno de fuera, provoca una serie de problemas que iremos desgranando en esta entrada de nuestro blog.

Los aparatos expulsan un aire frío y seco que nuestras defensas naturales de la nariz y la garganta no toleran, lo que provoca alteraciones en estos sistemas. Así, los cilios (unas proyecciones con forma similar a los pelos que extraen microbios y residuos de las vías respiratorias) pierden movilidad y la mucosa circula más lenta de lo normal o incluso deja de fluir, pudiendo aparecer sinusitis u otitis. Ese aire seco y frío, con mucha probabilidad, puede causar una inflamación del tejido faríngeo y dando lugar a la denominada faringitis.

Si notas sequedad y constricción faríngea, a veces, sensación de quemazón, no paras de carraspear y este exudado desencadena una tos pertinaz, con toda probabilidad estés desarrollando este cuadro. Además, los cambios bruscos de temperatura pueden ocasionar inflamación de la mucosa laríngea y provocar laringitis, cuyos síntomas principales son la disfonía y la odinofagia.

¿Nuestro consejo para evitar problemas de garganta este verano? Evita el uso prolongado del aire acondicionado y los cambios bruscos de temperatura. No basta con eso. Además, procura hidratarte de forma constante para hacer frente a la sequedad que provocan estos aparatos y si tienes a mano un humidificador, este será tu mejor aliado. Recuerda seguir una dieta equilibrada y, ahora más que nunca, respeta las medidas higiénicas aconsejadas por las autoridades para evitar cualquier tipo de contagio.