Sólo con mirar por la ventana podemos ver una serie de indicios que nos muestran que el verano se ha ido para no volver y que sí, hemos cambiado de estación. Las hojas de los árboles que se van cayendo, las horas de luz que son cada vez menos y la gente que se va abrigando cada vez más y algún que otro pañuelo va asomando.

Cuánto sufre nuestra garganta cuando llega esta época del año. Mojaduras, bajada de temperaturas, ambiente reseco por culpa de las calefacciones…la mucosa se puede irritar y eso duele, vaya que si duele. Los virus, y no sólo el Coronavirus, y bacterias encuentran en esas condiciones su momento ideal para atacar y así aparecen, como os contamos hace un par de semanas, las faringitis y laringitis. Para combatirlas hoy os traemos varios consejos útiles:

• Abrigo sí, pero sin excesos: por supuesto que es clave llevar protegida la garganta del frío, ya sea con una bufanda o con un pañuelo. Pero cuidado con los excesos porque luego lo podemos pagar cuando haya cambios de temperatura. Y mejor con prendas transpirables.
• Come sano y equilibrado: la dieta es un factor clave para todos los aspectos de la salud, este no iba a ser menos. Necesitamos vitaminas y minerales para fortalecer nuestro sistema inmunológico.
• Más líquidos por favor: si quieres que tu mucosa esté lista para combatir a los invasores la clave es que esté hidratada. Bebe abundante líquido a lo largo del día .
• Ni tabaco, ni alcohol: liquido sí, alcohol no. Ni las bebidas alcohólicas, ni tampoco el tabaco son buenos aliados en este caso. Pueden irritar la garganta y las cuerdas vocales, lo que las hace más débiles ante los agentes infecciosos.
• Extrema tu limpieza: puede que lo hayamos aprendido con la pandemia, pero no está de más. Fundamental el lavado de manos, no tocar ciertas superficies o no compartir cierto útiles para evitar los contagios.
• Duerme bien: un buen descanso permitirá a la garganta estar más protegida. No fuerces la voz y evita carraspear o gritar.
• Visitar a tu especialista: si tus molestias persisten lo mejor que puedes hacer es visitar a tu otorrinolaringólogo para que pueda encontrar los motivos y prescribir el mejor tratamiento a seguir.