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La persistencia

Finalizamos nuestro repaso durante las últimas semanas del concepto de Autoeficacia en la autoestima, con esta entrada en nuestro blog sobre el último de los pilares que la sustentan: la persistencia.

Pero, antes de nada, como nunca está de más refrescar la memoria repasemos que es la autoeficacia. Se trata de lapercepción subjetiva de lo competentes que somos y de cómo manejamos nuestros recursos.

Antes de profundizar en la persistencia, repasemos a sus dos “hermanas”. La organización y el análisis.

Organización: La organización es una cualidad importante para aquellas personas que quieren crecer o para aquellas que en su día a día van descubriendo que la vida es crecimiento. Son personas que evalúan los posibles escenarios de cara al futuro. Se sienten seguros cuando han podido prever y planificar las acciones próximas y crean planes de acción alternativos al plan guía que tienen. Trabajan siempre con antelación sin tender a improvisar aunque reconocen que la improvisación a veces forma parte de los nuevos rumbos que en su camino se pueden ir encontrando. No les temen porque ellos siempre tienen un guion.

Análisis: El análisis es la capacidad de desgranar y ver las múltiples opciones. Está muy asociado a la organización. Personas con una gran capacidad para analizar y extraer conclusiones hacen del analisis una herramienta muy potente. Disfrutan cuando se paran a pensar, acción que habitualmente hacen. Les gusta fragmentar aquello que van a hacer: lo trocean y analizan uno a uno.

Ahora sí, veamos de que se trata la persistencia.

Persistencia: es el percutor que, sumado a la organización y el análisis forman la maquinaria perfecta del estratega. haciendo que las personas insistan de modo equilibrado hasta lograr sus objetivos.

Personas con persistencia poco presente: consideran que les cuesta mucho conseguir cualquier objetivo, sobre todo si les requiere mucho esfuerzo. Para esas personas el hecho de insistir está asociado a ser pesado, a la baja autoestima, y no insisten para que no se les vea necesitados de algo. Viven una vida insatisfactoria, aunque no tengan la costumbre de insistir, porque no consiguen sus metas y generalmente sus propósitos se quedan en unas intenciones que ellos mismos sabotean. Están metidas en el círculo vicioso de las creencias limitantes y la misma creencia les hace validarse ante el fracaso. Las personas que no son persistentes tienen muchos problemas emocionales porque el aprendizaje depende de la insistencia. Si no persistimos le estamos restando al motor de arranque el aprendizaje, que muchas veces llega por la repetición. Se limitan al aprendizaje directo, el de aquellas cosas que salen bien a la primera, reduciendo a experiencias sencillas su autoeficacia sin obtener la satisfacción del esfuerzo y el trabajo complejo. Sencillo-fácil y simple es un principio que defienden para justificarse en un argumento falsamente eficiente en cuanto a las acciones resolutivas que realizan.

Personas con persistencia muy presente: piensan que cualquier cosa se puede conseguir con esfuerzo. No aceptan un no por respuesta y son intolerantes a la frustración, lo que les lleva a tener episodios iracundos. Son obcecados y se centran en lograr su objetivo “caiga quien caiga”. Para ellos el fin siempre justifica los medios. Se centran en la consecución y no disfrutan del camino porque quieren lograr todo de una forma inmediata. Con frecuencia están pensando en la visión negativa y por ello sufren mucho desgaste físico y mental. La emoción  más arraigada en este tipo de personas es el miedo obteniendo resultados poco satisfactorios que afectan a su autoestima.

Persistencia equilibrada: es el disfrute del trabajo fuerte y la perseverancia. “Lo intento, me caigo, aprendo y lo vuelvo a intentar”. El aprendizaje es la palabra clave para las personas con esta fortaleza en estado equilibrado. Piensan que conseguir los objetivos es cuestión de esfuerzo y constancia de modo flexible. También se dan cuenta cuando el camino que están tomando no es el ideal y en acción con la constancia y el análisis, saben optar por otros planes de acción. Éstas fortalezas tienen que formar las tres patas de un trípode estable. Para que todos estén equilibrados tienen que estar funcionando de forma óptima. Si se desequilibra una, puede afectar a las otras. Sus emociones básicas son la esperanza, motivación y la ilusión. Hacen su trabajo desde estas emociones que les enfocan a ver el futuro en positivo. Mediante la esperanza visualizan que el objetivo es posible y a través de la ilusión enfocan la obtención de esa meta. La motivación da el chispazo de arranque. Buscan que sus objetivos sean específicos, medibles, adecuados, realizables alcanzables y fijados en un tiempo determinado. Estas personas reconocen que tiene que haber un plan de acción para conseguir una meta. No pretenden desgastarse ni que ello implique problemas de salud a la hora de cumplir sus objetivos. Si reconocen y se dan cuenta que están sufriendo un alto desgaste saben dejar el camino, pero no lo abandonan, sólo modifican la trayectoria hacia ese objetivo.

Beneficios de ser equilibradamente persistentes:

Tolerancia a la frustración: recordemos que la frustración es la mezcla de las emociones de ira (sentimiento de injusticia) y tristeza (sentimiento de pérdida). Son personas que sienten que sus desavenencias no son injustas, ni de pérdida. Ello lo ven todo desde la ganancia del aprendizaje y desde el equilibrio hasta en momentos dolorosos llevándolo a la conciencia plena.

Gran capacidad de continuación voluntaria: una persona persistente es alguien que voluntariamente escoge seguir su objetivo. No les gusta que les obliguen a hacer cosas que pertenecen a los objetivos de otras personas. Saben voluntariamente continuar con su objetivo sin que nadie les esté interceptando.

Capacidad de visualizar la realidad: no se ponen objetivos inalcanzables y saben identificar qué pueden hacer y qué no.

Habilidad de escoger personas con una vida similar: aquellos que tienen las tres fortalezas en equilibrio, al funcionar estas en conjunto, ven condicionada su autoimagen, (como se ven a si mismos). Quienes analizan, persisten y son organizados pueden reconocer a aquellas personas similares e intuir sus patrones de comportamiento. Por ello por afinidad conectarán con aquellos individuos que son capaces de equilibrar esas tres actitudes como ellos.

Para estas personas cometer errores forma parte necesaria del aprendizaje. Entienden que el error es necesario y por eso toleran la frustración, porque forma parte del aprendizaje y del crecimiento. Necesitan sentirse autónomos, porque esa autonomía juega un papel muy importante en sus vidas. No les gusta depender de alguien porque creen en su objetivo y no en el de los demás. Las planificaciones que ya están hechas no encajan con ellos, necesitan sentirse parte del proyecto.

¿Cómo aplicar la persistencia a la era post COVID?

Teniendo claro cuáles son tus objetivos y persiguiéndolos. Además, en esta situación en la que han cambiado las circunstancias tenemos que cambiar los objetivos y no marcarnos unos, sino varios. Es importante persistir desde el disfrute, las emociones agradables y el aprendizaje. La clave será aprender de esta pandemia para agrandar nuestra base de conocimiento, (crecimiento horizontal). Al expandir éste crecimiento, estaremos creando una base sólida para generar crecimiento vertical (progresos y éxitos). Una persona persistente a parte de perseverar en su objetivo, también reconoce qué tiene que aprender, y dentro del proceso estudia, se forma y se prepara sin miedo .

 Aprender de los errores y perseverar hacen duro al guerrero.