Probablemente escuchar hablar de la palabra cáncer te provoque cierto respeto y es normal ¿sabes cuál es uno de los factores que se asocia a su posible desarrollo? El alcohol. El pasado domingo fue el Día Internacional Sin Alcohol y, pese a que estamos acostumbrados a escuchar sus efectos negativos, también lo estamos al vino en la comida y a vincular algunos planes con su consumo. En la entrada de hoy hablaremos de su relación con algunos tipos de cáncer como el de orofaringe, hipofaringe o cuello.

La Organización Mundial de la Salud afirma que las posibilidades de padecer cáncer de orofaringe se multiplican por cinco en el caso de personas que consumen alcohol cinco veces al día. Aunque sabemos que podemos tener ciertos hábitos asociados a su consumo, lo ideal sería no hacerlo. Si esas costumbres las tienes tan arriagadas como para no dejarlas de lado, ten en cuenta que la cantidad tolerable sería un vaso al día en el caso de las mujeres y dos en el de los hombres… ¡Así que elige bien el momento!

Además, el consumo de esta bebida también puede ayudar al desarrollo de otras enfermedades similares como con el cáncer de cabeza o de cuello. ¿Por qué? Porque, entre otros, deteriora el ADN de las células de la mucosa de la faringe o las irrita.

Cuando a todo lo anterior le sumamos el tabaco, las cifras siguen preocupando: aquellos que fuman y beben multiplican por 15 su riesgo. Si además lo hacen en exceso, hablamos de una multiplicación por 35 de las posibilidades, en contraste con aquellos que no tienen estos hábitos.

Así que, si estás pensando dejar ese pitillo de despues de comer, o intentando reducir el consumo de alcohol, ¡es tu momento! Como incentivo te diremos que el riesgo de padecer una enfermedad por este motivo, es similar en aquellas personas que no beben desde hace 20 años y aquellos que nunca lo hicieron.