Hace unos meses te dábamos las claves para cuidar tus oídos en la época en la que la piscina y el mar estaban a la orden del día. Con el verano finalizado y ya casi pasada la barrera del primer mes de otoño, te queremos hablar de la principal consecuencia de prestar poca atención a tus oídos: la otitis.

La Otitis es una inflamación del oído causada por una infección. ¿Qué tipos hay? ¿Por qué se producen? ¿Qué tratamiento seguir? ¿Cuándo será necesaria una cirugía? Aquí tienes las claves:

1. Otitis media aguda. Se basa en la inflamación de la Trompa de Eustaquio, donde se acumula líquido que posteriormente se infecta, deriva en dolor en el tímpano y en ocasiones, produce una perforación con supuración.

Ahora que nos tenemos que acostumbrar a los cambios de temperatura, resfriados, catarros y demás, hay que prestar especial atención a este tipo de inflamación, ya que es más común en invierno y primavera (con la aparición de las alergias).

Su tratamiento es relativamente sencillo: antibiótico o descongestionantes.

• Otitis externa. En ella, se infecta la piel del conducto auditivo externo.

Este caso es más frecuente en verano por la entrada de agua en el conducto.

Gotas de antibiótico tópicas serán la opción más razonable para su curación.

• Otitis media crónica. Se produce en personas que tienen perforaciones en el tímpano que supuran constantemente y producen pérdida de audición.

Este caso es el más complicado de tratar, sus soluciones van desde la combinación de antibióticos por vía oral y tópica ótica, hasta la cirugía (por ejemplo, si aparece un colesteatoma).

Para terminar, no olvides acudir a tu especialista en otorrinolaringología en caso de dolencia o pérdida de habilidades ¡Cuida tu salud auditiva!