El 1 de octubre se celebra a nivel mundial el día de las personas de edad. Una fecha designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para reconocer la importancia de las personas mayores en la sociedad y también para poder luchar contra la vulnerabilidad que pueden sufrir.

Una de las especialidades de Lourido&Prado es la otorrinolaringología para mayores. Creemos que cumplir años no tiene por qué significar perder calidad de vida, por ello estamos comprometidos a buscar las mejores soluciones para quienes nos visitan buscando ayuda.

Precisamente una consulta frecuente y uno de los grandes problemas a los que se enfrentan cada día las personas según van cumpliendo años, son los problemas de equilibrio. Soplar más velas en la tarta suele ser sinónimo de pérdida de movilidad, agilidad y capacidad de mantener la estabilidad. Unos cambios que conllevan una disminución de los mecanismos de control y corrección postural , lo que supone un aumento de la dificultad para mantener el equilibrio, aumentando el riesgo de caída.

Las caídas son una incidencia bastante frecuente entre las personas de la tercera edad a la que no se le da la suficiente importancia. Las caídas pueden ser indicio de alguna patología o síntoma de alguna enfermedad, por lo que es importante tenerlas en cuenta cuando se producen. Entre sus causas se encuentran los trastornos del equilibrio, muy presentes en personas mayores. Sus características son la sensación de inestabilidad, mareo, vértigos o aturdimiento, al afectar a la postura y a la orientación espacial de la persona. Esto se debe a que la información de vista y oído no llega correctamente al cerebro.

El mal funcionamiento de cualquiera de estos sentidos puede ser causante de esos trastornos del equilibrio. También se encuentran entre las posibles causas problemas en el cerebelo, parte del sistema nervioso central que se encarga de la recepción y elaboración de esta información, que genera las ordenes que coordinan el mantenimiento de la postura y la movilidad corporal.

No podemos obviar a las caídas como un problema de salud serio por las consecuencias psicológicas y físicas que pueden conllevar. No existe un tratamiento farmacológico efectivo para el presbivértigo. Lo más indicado en estos casos es tratar la enfermedad que ha originado los trastornos de equilibrio. También es importante advertir al paciente y a sus familiares del riesgo que existe de que se vuelvan a producir nuevas caídas y, además, es necesario informarles de las estrategias de prevención de las mismas.

El tratamiento se puede complementar con sesiones de rehabilitación para que el paciente mejore la coordinación que también podemos combinar con la práctica de ejercicio físico con moderación.